lunes, 12 de mayo de 2014

LA CULTURA POPULAR SE VIVE BAILANDO

Para conocer la verdadera cultura popular de cada país o inclusive de cada región tan sólo es necesario conocer sus bailes típicos, por eso dime de dónde eres y te diré que bailas.

En Colombia tenemos tantos bailes y ritmos como sabores y colores. Tan sólo necesitas recorrer mi patria para ver que depende de los kilómetros que recorras para acoplar el oído y sincronizar los pies. Esta vez les presento uno de los bailes populares que tiene Colombia, como lo es la champeta.

Según la enciclopedia de mi tiempo, Wikipedia, la champeta "es un fenómeno musical y cultural, también considerado baile alocado de la región atlántica Colombiana, de hecho social y género musical de origen local de las zonas afrodescendientes de los barrios de las calles colombianas de Cartagena de Indias, vinculado con la cultura del corregimiento San Basilio de Palenque e influenciado por géneros de colonias africanas así como del continente africano" si quiere saber más.

La champeta es un género que implica el contacto directo con la pareja de baile, generalmente se realizan movimiento circulares con la cadera sin despegar el cuerpo del compañero de baile. existen diferentes movimientos para bailar la champeta pero en todos estos implican el movimiento de las piernas sin despegar los pies del suelo.

Al pasar de los años la champeta clásica como "la voladora", se fue fusionando con diferentes ritmos nuevos para transformarse en canciones como "bandida" o "agua de coco" sin perder la esencia de sus inicios y bailándose de la misma manera.
En los últimos años los interpretes del género de la chapeta han optado por un estilo similar al de los interpretes del reggaetón, de esta manera dejando atrás el estilo más natural y utilizando ahora tranzas, gafas grandes y oscuras y codenas largas y gruesas.

 La champeta esta recuperando fuerza y popularidad entre los colombianos, recuperando el espacio que tenia en épocas anteriores, demostrando una vez más que lo popular nunca pasa de moda, simplemente se transforma para volver con más fuerza.